Sin duda esta fue una de las presentaciones que más público atrajo el dúo, ya que no cabe duda de que las localidades estaban sobrevendidas, pues el Movistar Arena no daba abasto con todo el público que llego aquel caluroso miércoles.  El ambiente que se vivía en las dependencias del Movistar era algo jamás soñado para un fanático como yo, en cada uno de los espacios del lugar se oían pistas de los Pet Shop Boys, muchos de los asistentes iban con distintas vestimentas que el dúo a usado a largo de su carrera y la ansiedad de los asistentes antes del espectáculo se sentía en el aire. 

Hasta que, al fin, diez minutos después de lo programado para el inicio del show comienzan los primeros acordes de “Suburbia”, y un sonido de una calidad increíble comienza a golpear el pecho con los beats del primer tema.  Cuando la inconfundible voz de Neil Tennant comienza a invadir todo el Movistar la multitud comienza a aplaudir y corear el primero de los 25 temas que convertirían en una discoteca al anfiteatro santiaguino.  Recordarles antes de continuar, que Pet Shop Boys está formado por Neil Tennant de 69 años dueño de la voz inconfundible del dúo, y el tecladista Chris Lowe de 64, pero que al verlos en el escenario nos queda más que claro que tenemos Pet Shop Boys para mucho tiempo más.

Luego de “Suburbia”, le siguieron “¿Can you forgive her?”, “Opportunities (Let´s Make Lots of Money)”, “Where the streets have no name (I Can´t Take My Eyes of You)”, iniciando una batería de éxitos que no daban tregua al público eufórico que coreaba cada una de sus canciones, ya a este punto sin preocuparse que muchos de los asistentes se encontraban fuera de sus lugares debido a lo repleto del recinto. Con el ultra bailable “Left To My Own Devices”, vino el primer cambio de vestuario y de escenografía, donde el fondo simulando unas grúas de construcción comenzaron a elevarse dando paso al resto de la banda que los acompañaba, un baterista, una corista y tecladista, y un bajista, mientras que Chris Lowe ocupaba su puesto tras un nuevo teclado, en un podio que tenia barras led que se iban adaptando al color que en ese momento se proyectaba en la pantalla de fondo.  Al finalizar con un “muchas gracias” de parte del vocalista vino la gran sorpresa de la noche, dos temas que no estaban incluidos en el setlist original de la gira: “New York City Boy” haciendo saltar a los pocos que hasta ese momento se encontraban aún disfrutando calmadamente del concierto y “You Only Tell Me You Love When You´re Drunk”, en una versión acústica, donde Neil Tennant con una guitarra demostró que su calidad vocal sigue inalterable pese a los cuarenta años de carrera del grupo. Un momento de intimidad entre el vocalista y el público que se agradece, no tan sólo por dar un respiro a la audiencia después de casi una hora de baile y canto, sino también por lo poderoso de la letra de este tema.

Pero el dúo británico le dio poca tregua al público chileno, pues tras los aplausos de esta entrega acústica comenzaron los primeros acordes de “Always On My Mind”, y nuevamente el Movistar Arena se transformo en una discoteca, le siguieron los temas más latinos de su repertorio: “Domino Dancing”, “Single” canción que tiene varias partes en español donde Tennant hacia que el publico las coreara a todo pulmón, “Se a vida e (That´s the way life is)” y Go West, sacándole el máximo de partido a la iluminación, las gráficas y las pantallas con movimiento que tenía el escenario.  Y ya en los últimos cuarenta y cinco minutos se vino con la calma de “Love Comes Quickly”, donde la pantalla lateral se bajó volviéndose semitransparente con colores que evocaban una aurora boreal, y con Neil desplazándose lentamente por el escenario tras esta pantalla mientras cantaba la canción, perfectamente sincronizado con su llegada al otro extremo del escenario y la finalización del tema y el comienzo de “Paninaro”, uno de los pocos temas del dúo cantado por Chris Lowe, inmediatamente la pantalla volvió a alzarse y fondos amarillos y grises iluminaron el escenario y el tecladista a un costado del podio donde estaba ubicado micrófono en mano hizo corear una y otra vez a todo el público enfervorizado Paninaro, oh, oh, oh… Al finalizar el escenario se tiñó de rojo y su famoso “It´s a Sin” comenzó a anunciar, para los que somos fanáticos y conocemos sus shows en vivo, que ya se venía el final de está épica presentación.

Los dos bises del dúo británico fueron “West end Girls”, con un efecto de bajo que retumbaba en el pecho de todos los asistentes y “Being Boring”, usando como fondo una carretera que evocaba la portada de la carátula de unos de sus singles de los ochenta: “Rent”.  La despedida vino con la presentación de su banda y su ya tradicional “somos los Pet Shop Boys”; mostrándonos a un Chris Lowe y Neil Tennant muy emocionados por la recepción del público esa noche que coreó y bailó por dos horas y quince minutos veinticinco temas de su repertorio.  Como fanático, puedo decir, que si ellos hubiesen querido podrían haber seguido por dos horas más haciendo bailar a la audiencia sin repetir ni un solo tema, ya que quedaron fuera varios álbumes como es el caso de “Yes”, “Fundamental”, “Release” y “Elysium”; sin además contar los incontables lados B que tiene el dúo como “In The Night”, “Fugitive”, “I Get Excited”, "Too Many People”, y muchísimos más.

Sin duda una de las cosas que más me sorprendió, a parte de lo increíble de su show fue la cantidad de público presente.  Recordemos que Pet Shop Boys  ha venido a Chile en cinco ocasiones antes que esta, los años 1994, 2007, 2009, 2013 y 2016 y en ninguna de esas ocasiones tuve la oportunidad de ver la cantidad de público y el entusiasmo que despertó su venida a nuestro país, ya que las entradas para esta presentación se pudieron a la venta el día 11 de agosto y ya el 1 de septiembre el Movistar Arena estaba completamente vendido, cosa que en conciertos anteriores del dúo no había ocurrido, y que como fanático se agradece pues hace que la experiencia sea algo realmente inolvidable.

Como último dato, comentarles que Pet Shop Boys ya se encuentra trabajando en lo que será su quinceavo disco de estudio, que tiene fecha de lanzamiento probable para la primavera del próximo año, así que por lo visto, y que el cielo me escuche, tenemos Pet Shop Boys para mucho rato más.

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