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Eme con M de Mamá | El diagnóstico no define el destino Destacado

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Por Emelyn Dominguez Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo., México.

Hace unos días una psicóloga me dijo "posiblemente su hijo no termine una carrera, pero si un oficio". Tambalee un poco.

Mi hijo menor tiene un retraso en el desarrollo, un quiste en el cerebro, epilepsia, TDAH; todo eso que deriva en una Discapacidad Intelectual por un problema neurológico, bueno ese es el contexto.  La realidad es que cuantos padres escuchan lo mismo de muchos especialistas:

"No va a hablar, no va a caminar, no va a valerse por sí mismo, será dependiente…"

No obstante el diagnóstico ¡No define el destino! Al menos que tú como padre decidas creer en ello y no trabajar en terapias, en rehabilitación.

Todos los niños son distintos así que dejemos de comparar, cada uno es un pequeño mundo por descubrir, hoy por hoy en el sector educativo se habla mucho de la inclusión, de la neurodiversidad, de los trastornos como el TEA o el TDAH, los problemas de aprendizaje o la Discapacidad Intelectual esa que no se ve pero existe. ¿Pero realmente se está aplicando en las aulas la inclusión?

Los niños han regresado a la escuela y se topan con que el sistema educativo es cuadrado para todos, que busca que todos se adapten a un mismo ritmo de enseñanza, y los que no puedan van directo a los Sistemas de Educación Especial, de esta manera  rezagarlos, no es para nada inclusivo.

Y la realidad es que hoy un alto porcentaje de los estudiantes tienen algún nivel de rezago educativo causado por la pandemia, por el encierro.

Entonces ¿Por qué los presionamos?

Ya lo decía Albert Einstein "Si juzgas a un pez por su habilidad para trepar árboles, pensará toda la vida que es un tonto".

Y tenemos niños presionados no por aprender, solo pensando en alcanzar la excelencia para no decepcionarnos como padres, estudiantes que se convertirán en adultos que viven para complacer, infelices.

Niños que podrían tener grandes talentos o diversas habilidades que no se atreven a explorar por miedo a no ser aceptados. Y de que serviría si al final a todos se les evalúa de la misma forma.

Y en las mismas aulas están los niños frustrados de creer que "son tontos, o retrasados" cuando realmente necesitan ese apoyo escolar porque tienen problemas de aprendizaje no detectados.

 Estos pequeños que tienen etiquetas como "el mal portado" "el tontito" "el burro" antes de sentirte mal como padre ¡Busca la causa, ve a la raíz!

No es casualidad tanto fracaso escolar, tantas deserciones, tristeza al grado de depresión.

Para tener inclusión, primero se debe hablar de empatía en las aulas, detectar y canalizar a todos esos niños que requieren más apoyo, antes de juzgar.

Considero que como padres debemos entender a nuestros hijos y dejar de luchar contra el sistema educativo, sacar provecho a sus cualidades, trabajar en equipo con los docentes, y arrancarnos las expectativas.

Pues quizá no tengamos un hijo de 10; pero si un hijo feliz, unos padres felices con un 7 bien ganado. 

Un diagnóstico o una calificación no nos debe definir.

Puedes dejar tu comentario en nuestro grupo de salud y autocuidado.

 

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Modificado por última vez en Viernes, 19 Noviembre 2021 17:17
Emelyn Dominguez

MÉXICO. Egresada de Licenciatura en Ciencias de la Comunicación. Autora del libro "El viaje de César" y el cuento digital “Los niños del Covid 19”.  Ganadora del tercer lugar del Concurso Nacional: Miradas Artísticas sobre la Pandemia, de la Paranoia a la solidaridad; convocatoria de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

emelyn0912@gmail.com

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