Abril 23, 2024

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EL FOTÓGRAFO Capítulo 2 - Por Katha Morgan

Quise llamar al Andy para reclamarle sobre tu hermano, pa’ decirle que es un sinvergüenza, pero no tenía su número. Salí a comprar unas chelas donde el lucho aquí en la esquina y mientras, pensaba. Es súper raro todo lo que me pedían, volví a leer el mensaje y me empecé a asustar. La idea de la prueba de cámara parecía guion de película de terror, quizás con qué se habrá encontrado el tipo como para pedir que una se presente bien aseada. ¿Serán todas drogadictas las modelos que exige presentarse sin sustancias en el cuerpo?

 Compré un pack de botellines y unos puchos, me fui a la casa de vuelta y quise ser más positiva, pensé que quizás han tenido malas experiencias y por eso piden lo de las drogas y alcohol, estar limpia es algo lógico pero no para todo el mundo, quizás les llegó alguna cochina ja ja ja, debería ir a probar no más, yo estoy bien con todo, sólo no tengo que fumar mota ese día y listo, le puedo pedir a la Maca que me acompañe igual. Justo después de mi súper análisis dije en voz alta: Oh ¡la Maca! esta güeona me puede ayudar a pensar.

Era temprano para ponerme a carretear, pero agarré mis compras y la cartera y me fui donde la Maca. En el camino le conté por WhatsApp lo del mensaje,  y hasta le reenvié el texto; nos juntamos en su casa media hora más tarde, después de la U, porque ella sí va a clases todavía. Tuve que quedarme sentada en la vereda un rato. Ella llegó corriendo y me vio, me puse de pie y le dije que ya la estaba esperando en la puerta de su casa hace más de una hora. Me trató de mentirosa porque le mensaje le llegó hace menos de 45 minutos, nos reímos un momento, me abrazó como de costumbre y abrió la puerta rápidamente. Una vez adentro, hablamos mientras ella no dejaba de moverse, yo empecé a contarle lo del llamado primero y ella se cambió de ropa, buscó un par de libros y los puso sobre la mesa y se preparó un yogurt con avena. Yo sentada, la miraba, esperando alguna respuesta.

Metió las chelas al refri, a la parte del hielo y se amarró el pelo. Finalmente se sentó frente a mí y dio un gran suspiro como quien termina una ardua tarea. Le dio una cuchara enorme a su yogurt y me miró con ojos grandes.

 —Yapo, ¡maracarena! Dime algo poh —le inquirí mientras la veía tragar.

— ¡Güeona! y ¿si el compadre está loco o pitiao? —me preguntó. Yo me encogí de hombros.
—No sé, si no lo conozco.

—Pero por eso mismo… no se te vaya a ocurrir ir, además ni siquiera hablaste con él directamente.

—No poh, sólo con la gangosa —respondí.

—Oh, quizás es de esos loquitos que se creen conceptuales y le dan una onda mística a todo y se hacen los interesantes, pidiendo puras güeas —me dijo mirándome fijamente y se puso otra cucharada de yogurt.

—Ni idea no cacho de qué me estai hablando —le dije.

— ¿Nunca has escuchado hablar de Andi Warhol o Luis Miguel? —estalló en risas— jajajaja voh, te buscai puros pasteles —concluyó.

— ¿Andy qué? ¿El hermano del fotógrafo?...

—Puta Karlita que la cagai, te hace falta leer mija.

Me paré del sillón y ella también, se fue a botar el envase del yogur y yo a sacar dos chelas del refri. Nos volvimos a sentar y prendimos un cigarro cada una.

 —En verdad te buscai puros pasteles —me dijo mi amiga mientras chupaba el cigarro.

—Oye, ya para, si no lo quiero para pareja al loco, además es hermano del Andy, y ese se supone que es una buena persona ¿o no? —la interrogué.

—Mmm cierto, el Andy… Bueno, y en qué quedamos, ¿vas a ir? —me presionó.

—No creo porque….

—Tenís que ir güeona, sino cómo voy a cachar si el Andy está pitiao o no. Necesito saberlo, esas cosas son genéticas, se heredan ¿cachai?, si el fotógrafo tiene algo, el Andy también —me explicó buscando mi aprobación.

—O sea, igual no creo que sea raro. El Andy se veía piola en el carrete —dije.

—Mmm —dudó —estuve así ¡así! (me hizo un gesto casi juntando sus dedos índice y pulgar) de comérmelo esa noche.

— ¿En serio? —le pregunté evidentemente asombrada.

—Sí, pero me quedé dormida; fue mucho copete, cuando desperté tú ya te habías ido y él estaba viendo videos en YouTube  frente al televisor con el control remoto en una mano y una chela en la otra. La flaca con el Pato, estaban “raja” en el otro sofá. Lo pasé muy bien esa noche — suspiró, pensó un momento y continuó — ¿veamos una peli? Ya pagué el Netflix.

—Ok —asentí un poco desconcertada.

Elegimos una de terror y se burló mucho rato; obvio, en cada escena de la película encontraba algo con qué burlarse de mí y mi prueba de cámara y el sicópata asesino del fotógrafo. Pero finalmente, me convenció de ir, para cachar qué onda. Igual yo no estaba tan convencida aún, pero acepté porque me hizo una apuesta. Me dijo —te apuesto 20 lucas a que el tipo tiene algún trastorno mental —obvio, acepté. La plata la usaré para comprar mota, porque ya no me queda, y condones, porque soy una mujer moderna y precavida, pero, se me acabaron en el último carrete de la Maca; es que el hermano del fotógrafo, tenía nombre para bulliyng pero estaba muy rico.

Tenía ojos claros, piel blanquita, pelo en pecho y muy bien equipado. ¿Qué cómo lo sé? Esa noche del carrete, en la curadera de varios, se sentó a mi lado y me abrazó por los hombros, luego me agarró una pechuga, como que no quiere la cosa, sentados en el sofá, yo hice como que no me había dado cuenta y le puse una mano en el muslo, él se acomodó y mis dedos podían rosarle la punta sobre el pantalón, estaba muy duro. La Maca ya estaba muy ebria y le tiraba “palos” a cada rato y él sólo se reía. La Javi dijo algo que provocó risas y yo me reí fuerte y con eso me sacudí, me moví y me acerqué más al blanquito de ojos verdes; ¿ya dije que tenía el pelito rubio y los brazos musculosos? Estaba muy rico. Le rozaba el paquete y más duro se ponía, parecía que nadie nos veía, o no se daban cuenta. La Maca hablaba y no se le entendía nada, cerraba los ojos, ya estaba lista; la Javi le metía conversa solo para escucharla balbucear y reírse más de ella y el Pato le tenía ganas a la Javi y sólo se ocupaba de ella así que la invitó a la cocina a buscar algo y no volvieron, la Maca se durmió.

Con el Andy nos encontramos en el baño, demás que alguien se dio cuenta, si la casa no es tan grande y nos golpearon la puerta dos veces, pero fue muy exquisito. Me agarró a besos, jugosos, calientes, me lengüeteaba la cara y eso me calentaba tanto. Luego en vez de empujarme la cabeza para abajo como la mayoría, se agachó frente a mí… me abrió el pantalón, y lo bajó en dos movimientos y me hizo el mejor sexo oral, de mi vida (hasta ahora) así que llena de ganas le devolví el favor y le di mucho placer tratando de tragarme su miembro, una y otra vez. Al final de dos orgasmos se disculpó por no llevar condón y yo salvé la noche. Me penetró tan duro contra la puerta del diminuto baño, que casi no podía dejar de gemir; mordí la toalla que estaba colgada en la puerta, para acallar un poco los gritos. Luego me dobló contra la tina, me apoyé lo más firme que pude hasta quedar en cuatro, y recibí sus embestidas con mucho placer. Espero que su hermano sea parecido a él y no un sicópata, como piensa la Maca. Y ¿por qué será que la Maca necesita saber si el Andy es normal? A lo mejor le gusta, espero que no.

Al día siguiente, llamé a la Maca con la excusa de pedirle que me diera el número del Andy y me dijo que no, porque se lo quería comer ella, pero, cuando le expliqué que era para conseguir el número de su hermano “el fotógrafo” me dijo que bueno, pero antes me mandó un audio reclamando que yo ya lo tenía porque había llamado al fotógrafo y empezó a dudar que me gustaba el Andy al parecer. Le dije que mejor lo olvidara si igual había encontrado el número en Facebook. Supongo que no cachó la escena del baño. En verdad espero que no se entere nunca, yo no sabía que le gustaba y no quiero herirla, la quiero mucho, es como mi hermana. En todo caso cuando salimos del baño, la loca de mi amiga, dormía boca abierta en el sillón. Y el Pato con la Javi estaban besándose y acariciándose en el sofá. Así que me despedí de los demás y me fui. Llamé un Uber que llegó más rápido que nunca, y me fui a mi casa, nadie comentó nada, espero que todo siga así. Cuando llegué mi mamá me dio jugo un rato por la hora y después me dejó ir a dormir. Estaba muy volá y curá y todo lo demás. Lo pasé tan bien esa noche.

En fin, mientras iba en la micro escuchando a Jauría, después de ver la peli con la Maca, me di cuenta que esta güeona me acababa de mandar al departamento de un sicópata potencial, expuesta quizás a qué horrores y todo a cambio de míseras veinte lucas. La llamé de inmediato y subí la apuesta. Ahora iría donde el fotógrafo, pero por cincuenta luquitas; serán las cincuenta lucas de Grey ja ja ja. Además, se las pedí por adelantado para pagar la supuesta prueba de cámara, aunque no sabía ni el precio. Mañana le voy a escribir a la gangosa para confirmar y que me diga el precio.

KM

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Modificado por última vez en Lunes, 17 Mayo 2021 17:00
Katha Morgan

Rockera de corazón. 
De profesión docente y actriz.
De oficio escritora, locutora y productora radial.
Siempre ligada a las artes.

satiraradio.wixsite.com/website
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