Marzo 28, 2024

Login to your account

Username *
Password *
Remember Me

Create an account

Fields marked with an asterisk (*) are required.
Name *
Username *
Password *
Verify password *
Email *
Verify email *
Captcha *

EL FOTÓGRAFO Capítulo 1 - Por Katha Morgan

Cuando era chica era más bien tímida pero en el liceo eso se me quitó, la personalidad me creció junto con las pechugas y hace un tiempo me dio por creerme rica y no sólo eso: quiero ser modelo. Obvio, si esas son las que triunfan en este mundo de superficialidad y belleza externa y yo tengo harta de esa. Tengo buen cuerpo, lo sé porque no hay quién no me mire en la calle, además soy alta, bonita de cara y tengo un buen poto grande y duro, cintura pequeña y las pechugas bien redondas y paraditas. Siempre fui la mina del curso y eso me ayudó harto en diferentes cosas, incluso a pasar matemáticas en 4to medio. Al salir de cuarto, entré a estudiar secretariado porque mi mamá me obligó; qué güeá más fome, me retiré antes de terminar el segundo mes y me quedé en casa haciendo nada, porque nana no soy de nadie. Pero este año mi mamá me las cantó claritas, si no estudio algo debo buscar pega porque ya no quiere mantenerme ni costear mis vicios. Le puso tanto color que decidí entrar a estudiar enfermería, porque mi vieja es enfermera; pensé que me podría ayudar a estudiar o hacerme los trabajos, pero la verdad nunca me gustó, ni enfermería, ni estudiar y el primer semestre me eché casi todos los ramos, es que era muy difícil y mi vieja no tenía tiempo para ayudarme en nada. Es mejor andar carreteando. Cuento corto, me salí de la carrera pero aun no le digo a mi mamá porque así tengo lucas para seguir en lo mío, en lo que me gusta.

La Maca es mi mejor amiga, se llama Macarena pero yo le digo de cariño “maracarena”, porque no se le escapa ni uno, pero con cariño sipo, en serio, todos le gustan y aunque es una flaca desabrida tiene tanta suerte con los hombres, siempre se agarra al que ella quiere. Yo la quiero mucho a mi flaca, somos amigas desde la escuela, ella está estudiando en la misma calle pero en otra universidad, la loca es seca para lo que sea así que le va bien en todo. El viernes, nos juntamos varios en su casa y entre todos los invitados me encontré con un tipo que me dio la idea de ser modelo pero de publicidad. El loco se llama Andy, como el protagonista de “Chuky” y “Toy Story”, bromeamos con eso toda la tarde y noche. Su nombre daba para muchas tallas de curao. La cosa es que me dijo que su hermano es fotógrafo profesional y que tiene un estudio donde yo podría ir a presentarme y hacer una prueba. Entre tanto copete, no sabía si estaba hablando en serio o no. Sin embargo, me quedó dando vueltas en la cabeza la idea. Parecía interesante esa propuesta y con mis curvas, seguro me va bien y quién sabe si me dedique a ser modelo después de todo. Lo que sea menos estudiar, eso me carga.



Ayer llamé a la Maca para pedirle el número de su amigo pero me dijo que no lo tenía, que se lo iba a conseguir. Me puse a buscar en Facebook y encontré a un fotógrafo con el apellido del Andy y que está cerca de Baquedano, debe ser él. Se  llama Mauricio Fernández y tiene un estudio en la estación de metro Bustamante, justo al frente del parque, es un departamento acondicionado como estudio, pero sólo había un número fijo. Cuando lo llamé me respondió una mujer con voz gangosa de una evidente alergia de primavera.

— ¡Aló! —dijo

—Hola, quiero hablar con el Mauri —le dije con aires de falsa confianza.

—¿Con quién? —me preguntó sorprendida.

—Con Mauricio Fernández, el fotógrafo, este es su número ¿o no? —le dije algo molesta.

—Sí claro, este es el número de don Mauricio, soy Sandra su asistente, dígame ¿en qué la puedo ayudar?

—Quiero hablar con él —le pedí prepotente.

—Bueno, él no está disponible en este momento, pero como le dije yo soy su asistente, dígame si puedo ayudarle en algo.

—Es que quiero hacer una prueba de fotos con él —le expliqué algo decepcionada.
—Usted quiere hacer una prueba de cámara entiendo —me corrigió

—Si eso mismo —respondí aturdida por mi ignorancia.

—Ok, la puedo agendar para el miércoles a las veinte horas —respondió con voz tranquilizadora y que demostraba la confianza en su trabajo bien hecho.

—Eh pero….no sé si a esa hora puedo porque….

—Si no puede no hay caso, tengo ocupada toda la semana —me interrumpió —lo toma ¿o no? —insistió.

—Sí obvio, déjalo para el miércoles.

—Deme su nombre y edad por favor.

—Karla Lemus, 20 años. 

—Muy bien señorita Karla, a este mismo número le envío la dirección y requisitos, además de una confirmación formal de la prueba de cámara, que tenga buena tarde.

—Ya —le alcancé a decir y me colgó.

Guardé el celular y me eché en el sillón, ¿Prueba de cámara? me sonaba a televisión, quizás es para comerciales, igual bacán —pensé. Si es para el miércoles la cita, me quedaban dos días para ponerme linda y ensayar, aunque no sabía qué debía ensayar, así que me paré frente al espejo, me miraba y ponía caras, como las de las modelos de las revistas, de esos afiches de perfumes y cosas así, con la boca estirada como pato, la boca entreabierta, con cara de caliente, como niña buena, mirando al horizonte, y todo lo que se me ocurría. Prendí un caño y me tiré en la cama con la radio prendida. Me imaginaba modelando en pasarelas y usando telas caras, en mi mansión en Dubái y cosas así, puras gueás como me diría la Maca. 

 Esa misma tarde me llegó el dichoso mensaje, y era súper, súper largo, —que lata —pensé —voy a tener que leer caleta, qué le costaba llamarme o mandarme un audio a la gangosa.

 “Muy buenas tardes señorita Karla, le envío el siguiente mensaje para confirmar su prueba de cámara para el día miércoles a las 20:00 hrs. La dirección es calle Ramón Carnicer #198 4to piso  Depto. 402, Providencia, un edificio gris justo frente al Parque Bustamante. Debe presentarse con 15 minutos de antelación y sin haber ingerido ninguna sustancia psicoactiva o psicotrópica (fármacos, alcohol, drogas, bebidas energéticas, cigarrillos, etc.) por otra parte debe venir muy bien aseada con jabón neutro (de preferencia), sin perfume de ningún tipo y sin maquillaje. Debe traer una muda de ropa ligera y un traje de baño, preferentemente bikini. Por favor, confirmar su asistencia a la prueba, al menos, tres horas antes de la cita. Venga con tacones y zapatillas (usted decide con cual llega puestos) y ropa acorde por favor. Se ruega puntualidad, y por favor pague sólo con efectivo y la cantidad indicada de manera exacta, no tenemos vuelto. Gracias. Quedo atenta a su confirmación.”

¡Puta la güeá! —grité. Esa frase fue lo primero que se me vino a la cabeza cuando terminé de leer el mensaje; es que está muy caga’o de la cabeza este parcito. ¿Qué onda todo eso que me pidieron? ¿Bien aseada?, obvio que me baño y hasta dos veces al día si voy al gym, “sin sustancias” y “sin perfume” quizás, pero, sin labial ¡me muero! Y ¿cómo así que debo pagar? Se suponía que la prueba esa, es para hacerme modelo y ganar plata no para pagarle a nadie, además no tengo ni uno. No pienso ir a ninguna parte…y tampoco voy a confirmarles nada.

KM

 

Valora este artículo
(3 votos)
Modificado por última vez en Lunes, 17 Mayo 2021 17:00
Katha Morgan

Rockera de corazón. 
De profesión docente y actriz.
De oficio escritora, locutora y productora radial.
Siempre ligada a las artes.

satiraradio.wixsite.com/website
Inicia sesión para enviar comentarios